Entrevista Pablo Berástegui


Nuevo coordinador de Matadero, este navarro de 42 años es todo un experto en la organización de proyectos en la escena cultural de Madrid. Director de la Noche en Blanco y de PHotoEspaña. Ahora lleva un año al frente de uno de los proyectos más ambiciosos de la capital, Matadero Madrid, punta de lanza en la remodelación cultural y urbanística de la ciudad.

Cuando le ofrecen ser coordinador de este centro multidisciplinar, ¿cuál fue su primera reacción?

Fue un gran orgullo formar parte de este proyecto. Me parece que es el proyecto más interesante que está teniendo lugar en la ciudad de Madrid, igual hay otros más importantes, más prestigiosos, pero creo que este es más interesante puesto que se está configurando.

Lo peor y lo mejor del Matadero es su potencial. Lo mejor porque se pueden hacer muchísimas cosas muy bien y lo malo porque todavía no se han hecho.

Mi manera de sobrellevar mi puesto es pensar que todavía estamos haciéndolo. Los expertos que vienen a verlo creen que aquí puede ocurrir algo grande si realmente el proyecto sigue para adelante con la proyección de futuro que está establecida.

Vivimos una situación ambivalente, al mismo tiempo que nos estamos proyectando estamos abiertos, por eso se crea esta oficina de coordinación.

Anteriormente fue director de varias ediciones de PHotoEspaña, de la Noche en Blanco y actualmente es el coordinador de este centro, ¿hay mucha diferencia entre estas tres actividades?

Totalmente. La diferencia principal sería que ahora mismo trabajo con un espacio físico cosa que ninguna de las otras dos actividades en las que he trabajado me daban la posibilidad de hacer. El espacio te condiciona, con el Matadero hemos querido adaptarnos a la propia arquitectura de nuestro espacio, además se encuentra en la periferia fuera de las rutas convencionales. No tiene sentido convertir nuestros espacios en una galería de exposición más, dejando pasar la oportunidad de “explotar” nuestra arquitectura. Invitamos a los artistas a concebir y crear específicamente para Matadero, de nada nos sirve traer una exposición por buena que sea de fuera y colgarla en las paredes.

El elemento en común más importante es que se trata de proyectos colectivos (por eso, creo, me pidieron hacerme cargo de esta oficina de coordinación). También son actividades multidisciplinares. Otro rasgo común es que son iniciativas en las que radica su existo en compartir y en que la suma del esfuerzo colectivo es mayor que el esfuerzo individual. También son proyectos con una visión muy contemporánea en cuanto a que no descartan al gran público, no son elitistas sino que quieren acercar la creación de calidad al público.

¿Cree que el Matadero de Madrid sigue siendo el gran desconocido dentro del panorama de la cultura madrileña?

Existe una falta de conocimiento sobre el proyecto Matadero. Se ha comunicado mucho la idea de Matadero (como nombre, como marca) y se ha hecho bastante publicidad en el pasado, la gente sabe que existe Matadero, pero desconoce cómo es y cómo se organiza. La parte de la comunicación en profundidad no se ha hecho. Aunque hicimos un primer esfuerzo al crear la página web (dedicada a dar oferta), haciéndola mucho más accesible para el visitante. Queremos situar a Matadero en su lugar dentro de la ciudad de Madrid, mas que comunicarlo. Su lugar debe ser distinto al de las instituciones ya existentes (debemos ser complementarios).

¿Cuál es la previsión de visitas cuando esté a pleno funcionamiento?

No hemos hecho tal cosa como una previsión. Tenemos muchísimas visitas y al mismo tiempo tenemos momentos en los que estamos vacíos. Uno de los problemas que –en mi opinión- tenemos ahora mismo es que disponemos de muy pocos recursos para atender al público como debería estar atendido. Este año vamos a terminar por encima de las 370.000 visitas. Eso se ha conseguido a través de una política de concentración de actividades para llamar la atención fuera. Las inauguraciones las hemos llevado al fin de semana, para no competir con grandes pinacotecas y galerías importantes, de manera que el público viene en su tiempo libre. Además les ofrecemos otro tipo de actividades, un concierto, o actuaciones en el café teatro. Intentamos hacer atractiva la oferta para que la gente venga en momentos muy puntuales, eso hace que haya momentos con muy poca gente, por eso cerramos por las mañanas concentrando la programación por la tarde.

¿Es (o será) el Matadero un foco de cultura para toda la gente que vive y visita la ciudad?

Queremos convertirnos en un espacio que sea importante para la comunidad artística de la ciudad. En ese sentido pusimos en marcha una actividad que se llama el archivo de creadores, queriendo convertirnos en una oficina de representación de los creadores de la ciudad de Madrid pudiendo promocionarlos tanto dentro como fuera.

Por las propias dimensiones y características del espacio donde estamos hace que sea una propuesta llamativa. En ese sentido Matadero despierta mucha curiosidad para el que viene desde fuera.

En cuanto al foco de cultura, nosotros queremos abanderar a los creadores locales, queremos ser un espacio claramente identificado para que cualquier persona que visite Madrid y quiera saber lo que está sucediendo en la ciudad, en términos de creación contemporánea, se acerque a Matadero para informarse.

Una de nuestras máximas es que Matadero sea un espacio público, en el sentido de que tu puedas entrar aquí para pasear o quedar con alguien, como una plaza pública. De ahí que sea gratuita la entrada y que no haya un control en la puerta, queremos que sea un espacio que puedas atravesar incluso de noche. No queremos que sea un recinto amurallado, que sea un espacio elitista en el que visitante no se encuentre cómodo, un sitio agradable aunque sea para pasear al perro.

Se ha llegado a comparar a este centro con el Guggenheim, Covent Garden y con el centro Pompidou. ¿Hasta que punto es acertada esta comparación? ¿Qué similitudes tiene –o no- con cada uno?

Del Guggenheim en términos urbanísticos y como capacidad de regeneración de un espacio.

El centro Pompidou nos atrae su idea arquitectónica en forma de plaza donde la gente se sienta cómoda.

Me cuesta trabajar con tanta presión sobre la espalda ya que somos incomparables sobre todo por el tamaño de presupuestos que manejan. Ojala dentro de unos años se pueda decir que el Matadero ha influido tanto como estos centros en sus respectivas casas en la ciudad de Madrid.

No son referencias directas para el tipo de trabajo que hacemos. Es mejor trabajar desde nuestra propia personalidad sin referencias de este tipo.